viernes, 8 de junio de 2012

COLOMBIA: POLÍTICAS CULTURALES Y CULTURA POLÍTICA


COLOMBIA: POLÍTICAS CULTURALES Y CULTURA POLÍTICA

Totalmente de acuerdo con Daniel Pécaut en donde apunta que la mayor deficiencia de nuestro país es la ausencia de un relato nacional compartido que posibilite a todos los colombianos sentirse identificados desde sus experiencias inmediatas en una historia compartida que incluya duelos, logros y esperanzas comunes.





La larga cadena  de violencias  que ha acompañado toda la  historia de nuestro país, la cual, después de 500 años de existencia,  aún vivimos en el día adía imposibilita que haya un relato común. No hay un relato nacional porque desde el inicio de nuestra república,  aún  saliendo de la dominación española nuestro país ya estaba sumergido en una nueva polarización respecto del la forma de gobierno, centralismo y federalismo, desde esas épocas las polarizaciones han impedido un solo objetivo proyectado a futuro donde el consenso aglutinara la nación.   


            Cuando existe un objetivo común las diferencias se convierten en oportunidades de progreso y mejora, mediante acuerdo y la concertación,  sin embargo los odios irreconciliables han sumido nuestra Colombia en un territorio escenario de posiciones radicales donde la franja amarilla de  que  nos habla  William Ospina  no ha tenido  cabida, sino por el contrario el exterminio y la extinción.  A esta violenta realidad contribuyen los líderes políticos que con su manipulación buscan por cualquier medio el poder y con su lenguaje mantiene y alimentan las   acciones y actitudes  de exclusión, que reproducen y realimentan la violencia y la agresión. 













INDICADORES CULTURALES DE DESARROLLO



Muy interesante además de controvertida la idea de  establecer unos indicadores culturales de desarrollo que puedan ser globalmente aceptados por todos los países. Los matices para tales indicadores son infinitos, ya que cada realidad nacional evidencia situaciones muy particulares que no pueden ser homogenizadas de un brochazo. 

La diversidad cultural de los países del continente africano es de las más variadas y  ricas del planeta, sin embargo su accesibilidad a internet es de menos del 3% de la población.  En ese caso el indicador de desarrollo cultural estaría dado por  ¿el nivel de evolución y  a su vez de preservación de esa gran  diversidad  adquirida,   heredada  y enriquecida con siglos de historia y legados? Su cultura autóctona. ¿Aún cuando su  relego desarrollo cultural  en comunicaciones, tecnología, ciencia, calidad de vida, educación, nutrición este en índices enmarcados en la miseria? 


"¿Por qué medir el nivel de desarrollo de un país a partir de indicadores tan asépticos como el Producto Interior Bruto (PIB)? ¿No es más desarrollado un país, y sus ciudadanos gozan de mayor bienestar, si tiene: el total de su población alfabetizada, acceso universal al sistema sanitario y educativo, niveles mínimos de contaminación, nivel de desarrollo productivo sostenible, y altos niveles de participación en la vida política? ¿La diversidad cultural no es un indicador de desarrollo social, que proporciona diferentes puntos de vista y mayores alternativas a la hora de afrontar problemas y situaciones complejas?
Desarrollo sostenible
Respetar y difundir los valores culturales y las diferentes culturas, ideologías y religiones; fomentar el respeto a los derechos humanos; promocionar la sostenibilidad medioambiental y la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres; proporcionar acceso libre y gratuito a la información y la cultura, son labores que llevan a cabo las bibliotecas públicas en beneficio de una sociedad desarrollada, justa y democrática.
Por tanto, la existencia de un sistema de lectura pública de calidad en una región o país proporciona un mayor nivel de desarrollo cultural y social que revierte en todos los ámbitos de la vida en sociedad y también ayuda a la mejora de las condiciones de vida de cada individuo".http://www.inqnable.es/blog/bibliotecas-publicas-desarrollo-valores-economia


“la diversidad cultural de la urbe-caso africano de Malabo (Guinea Ecuatorial)- ha sido una de sus características desde su nacimiento, en un marco político caracterizado por la opresión colonial y después por los regímenes dictatoriales, hechos que han mermado la libertad de expresión, del pluripartidismo y de la redistribución de recursos del Estado, generando políticas marcadas por la exclusión social, política y étnica. (Aixelà, 2010)

Sin embargo tales mediciones e inclusive la  sola reflexión al respecto,  si  pueden ser de gran  utilidad en el sentido que pueden o presionar de alguna forma a los gobiernos y comunidad internacional para cumplir y colaborar en alcanzar  los estándares mínimos exigidos y consagrados en los documentos resultados de cumbres y declaraciones internacionales, por  lo menos en la lucha por disminuir las grandes brechas e  índices de pobreza miseria, hambre y atraso

INDUSTRIAS CULTURALES MASIVAS Y DIFUSIÓN DE LA CULTURA


INDUSTRIAS CULTURALES MASIVAS Y DIFUSIÓN DE LA CULTURA

Respecto al  predominio de las industrias de comunicación de masas sobre las formas tradicionales y locales de producción y difusión de la cultura. Esa es una realidad que vivimos todos los días en todos los medios de comunicación, desde hace mucho tiempo y que se ha venido incrementando con la instauración, primero del capitalismo,  los monopolios, posteriormente del neoliberalismo, que cada vez se verá más incrementada por  efectos de  fenómenos mundiales como la globalización, privatización y masificación tanto de los medios de comunicación, como de los medios de producción.


Los canales nacionales especialmente los  institucionales que son los que en su programación incluyen contenidos de la producción cultural tradicional relacionada con comunidades y pueblos autóctonos,  tienen una menor  audiencia que los canales internacionales  de comedias, películas, deportes, donde la promoción de cultura masificada impulsada por las grandes trasnacionales de la comunicación y con el nuevo aliento de las redes electrónicas son las que están marcando la pauta.

            Ante esa realidad la pregunta sería ¿a quien corresponde la protección de la identidad cultural y su preservación?  ¿Cómo se preservaba la cultura cuando no existían los actuales medios de comunicación? La respuesta aparte de  esperar que provenga  de instituciones del estado, o de políticas públicas debe tocarnos a cada uno de forma individual.  

En ese aspecto es muy importante el papel de la familia,  con la conservación de las tradiciones, la escuela en su papel educativo en temas como  la historia, y como escenario de muestras culturales, baile, música, fechas nacionales, e individualmente a través de transmisión de la tradición oral de las diferentes manifestaciones culturales a los más jóvenes, nuestros hijos, alumnos etc.   
Con la evolución de los métodos comunicativos, las tradiciones orales han empezado a asumir compromisos con la recuperación histórica… Las tradiciones orales son transmitidas de generación en generación para mantener vivas, las costumbres que los predecesores han dejado como regalo cultural a una región. (Ministerio de Industria y Turismo. Red de Pueblos de Patrimonio de Colombia)

POLÍTICA CULTURAL E INTEGRACIÓN REGIONAL


POLÍTICA CULTURAL E INTEGRACIÓN REGIONAL

 Es indiscutible  y evidente que la  división de las funciones estatales en tres ramas  del poder público, cuyas funciones  promueven y mantienen  un equilibrio entre quienes legislan, quienes juzgan y quienes dirigen, poder legislativo, ejecutivo y judicial del estado, que de igual forma, regulan todos los ámbitos de la vida política y económica de los  ciudadanos, también influyen, y más que eso, determinan  significativamente  el campo de la cultura ya que promueven, procuran o por el contrario, desechan o invisibilidad las posibilidades y los aspectos relacionados con el arte, la comunicación, las tradiciones y las costumbres.

Razón se halla en las consideraciones de García Canclin al aseverar que:    …”los estados son  responsables de administrar el patrimonio histórico, tanto material como inmaterial, desde los grandes monumentos hasta las manifestaciones de la cultura popular (la lengua, la música, las fiestas y danzas tradicionales”.

La parcialización de que habla García Canclin - también cierta-  por parte del estado al promover la cultura de las élites como aquella deseable para la totalidad de la población, negando u ocultando culturas tradicionales o ancestrales que mostraban una cara “atrasada” de los países latinoamericanos, tristemente,  va más allá de ser ejercida solamente por el estado para constituirse en un patrón en nuestra sociedad.


Lo verdaderamente autóctono en  nuestro país no es reconocido como merecedor de nombrarse al mundo exterior  con orgullo  o como fuente de identidad,  como en países como México, Bolivia y Cuba;  en  contrario, muchas de las manifestaciones de las culturas precolombinas antecesoras del  mestizaje, ancestro cultural y genealógico son de timorato reconocimiento y para muchos, especialmente para los más jóvenes fuente de apocamiento y casi vergüenza.  Esta vergüenza y rechazo se evidencia en la mutación y resignificado de vocablos provenientes de las lenguas precolombinas como la chibcha, donde términos como guache era utilizado para designar un varón joven fuerte, bien formado, sin embargo hoy denota una falta de modales, respeto y cultura. Otro ejemplo es el término, guaricha, que significaba, una cualidad para una joven atractiva, hermosa y agraciada,  hoy en cambio el mismo termino denota un insulto para una mujer de inaceptable y reprochable conducta.





Son innumerables estos ejemplos que evidencian el desprecio por nuestros precursores  ancestrales y culturales; uno de ellos es  el descrédito por las formas de conocimiento de los  médicos, brujos, mamas, indígenas, su medicina tradicional, sistemas filosóficos y de  creencias.

El  orgullo nacional se va dando en culturas ya regionales y muy posteriores,  muchas con injerencias  ya foráneas de los conquistadores y colonizadores.  Definitivamente es allí donde se evidencia los resultados de una campaña de desprestigio dada desde la conquista y  colonia y luego la república en adelante donde se desdibuja y denigra  totalmente una cultura a favor de una foránea. 



POSIBILIDADES CULTURALES



Se adiciona un elemento más  al concepto de cultura si  se  analiza desde una perspectiva política, ese elemento adicional es la homogenización. Se debate como estados modernos pueden estandarizar las actuaciones y posibilidades de acción que tienen los individuos-ciudadanos dentro de las fronteras del territorio, postulado que se desdibuja en su confrontación con la  realidad donde las comunidades culturales pueden enfrentar, contradecir o conservar prácticas culturales que los identifican como grupos, en nuestro país,  posibilidad más reconocida a partir de la constitución de 1991.






La Constitución Política de Colombia, promulgada en 1991, definió a esta como una nación étnica y culturalmente diversa en su artículo 7. Si bien significó un avance en términos normativos, las implicaciones que ha tenido durante estos veinte años van más allá de lo jurídico y han representado cambios en las formas de entender a la ciudadanía, los sujetos de derechos y el mismo territorio de este país, así como en las comunidades específicas que no solo son reconocidas sino que se han organizado o fortalecido sus organizaciones, han tomado consciencia de sí mismas y cuentan con herramientas para hacer valer sus derechos tanto como plantear sus necesidades, ante un país que se propuso la homogeneidad como uno de sus objetivos hasta 1991 y que desde el 4 de julio de ese año asumió un proyecto de nación nuevo, en el que la diversidad y la multiplicidad lo vivifican”. ( Ministerio de Cultura, Dirección Poblaciones, 2011)“

Un proyecto de Nación es imposible sin  que  conlleve  un proyecto común y una visión de pasado y de futuro común que ligue a sus ciudadanos y que los integre en un proyecto compartido, en un país como el Colombiano donde existe gran cantidad de tribus precolombinas,  un innumerable cantidad de dialectos y mestizajes; esta misma diversidad se constituye en una característica que identifica nuestra particularidad.  

PRODUCCIÓN CULTURAL EN EL CONTEXTO LATINOAMERICANO Y COLOMBIANO



http://www.nacion.com/ocio/artes/Elecciones_2014-Ministerio_de_Cultura_y_Juventud-Johnny_Araya-Jose_Maria_Villalta-Rodolfo_Piza-Otto_Guevara-Luis_Guillermo_Solis-cultura_LNCIMA20131216_0176_28.jpg


Es indiscutible que los aspectos culturales que enmarcan las dinámicas, el hacer y el ser en cualquier parte del mundo actual se ve influenciado e influencia a su vez  a sus interlocutores a través de la interconexión de las comunicaciones,  es un continuo e incesante intercambio, no sólo entre  quienes dialogan entre sí, sino de quienes pueden acceder a los mismos comunicados sin intervenir.
La globalización es un fenómeno que permea las culturas y el desarrollo a nivel mundial,  la cultura es una construcción resultado de la vivencia y que esas tantas formas que rigen y determinan las convivencias, la globalización logra de forma significativa modificar los acuerdos y normatividades tácitas y explicitas que conforman esas convivencias y por lo tanto modifica la cultura y a su vez las culturas a través de la interculturación generada en ese proceso.
  “El fenómeno de la aculturación, denomina el proceso de adaptación a una cultura, o de recepción de ella, de un pueblo por contacto con la civilización de otro más desarrollado. Frente al vocablo aculturación, el cubano Fernando Ortiz propone el uso del término transculturación y lo presenta de la siguiente manera: “entendemos que el vocablo transculturación expresa mejor las diferentes fases del proceso transitivo de una cultura a otra, porque éste no consiste solamente en adquirir una cultura, que es lo que en rigor indica la voz anglo-americana aculturación, sino que el proceso implica también necesariamente la pérdida o desarraigo de una cultura precedente, lo que pudiera decirse una parcial desculturación, y, además, significa la consiguiente creación de nuevos fenómenos culturales que pudieran denominarse neoculturación[ii (Yoon Bong Seo, 2006)

Este proceso ya identificado no necesita mayor sustentación ya que se evidencia en nuestra realidad, el debate se daría en la forma que podemos asumir, responder o reaccionar ante  esa realidad, si apostamos por el carácter universalista de los derechos y rechazar todo intento de disidencia cultural y en definitiva excluir a las minorías, si  en contrario optamos  afirmar el valor universal de una cultura individual para reclamar el derecho a la diferencia o tratemos de hallar una posición conciliadora y participativa donde conservemos una identidad cultural atesorándola y compartiendo en un rico intercambio en honor a la diferencia; lo que indefectiblemente  requiere una labor de preservación y reconocimiento a nivel individual, familiar y social así como por  parte de nuestro administrador y aglutinador,  como es el estado. El futuro no admite formulas mágicas, ni garantizadas,  se determina así mismo en su multitud de variables…